¿De verdad tienes «amigos»?

Publicado en TecReview México, abril-mayo 2019.

En el horario americano, una mañana de marzo de 2019, Facebook dejó de funcionar. Durante 14 horas, millones de usuarios no pudieron entrar en sus páginas. Y las reacciones llegaron. “Deberían verse en el espejo y escucharse cómo suenan –escribió una usuaria, según expansion.mx–. Lo hacen ver como si fuera el fin del mundo porque no pueden estar en Facebook. Consíganse una vida real en lugar de una digital”. Cuando la crisis pasó, el fallo evidenció el lugar que tienen las redes sociales en la vida de millones de personas. Y es que un tercio de los habitantes del planeta usa Facebook, según el informe Digital In 2019.

[…]

¿Qué nos jugamos al ser parte de esta maquinaria? “La profundidad y la calidad de los vínculos, responde Inés Bebea, fundadora de la consultora Ondula, especializada en alfabetización digital crítica. “La plataforma tiene unas reglas que merman la calidad de la amistad. El objetivo no es conocernos mejor ni escucharnos. Lo que importa es conseguir likes”, recalca. La necesidad de aprobación y reconocimiento es algo que todo mundo necesita. Sin embargo, en la red social “esta necesidad se magnifica, porque tiene más éxito el que tiene más likes y los demás, por esa lógica, se convierten en ‘seres que me dan likes’”.

Para colmo, los sociólogos no dudan en que también están cambiando la forma en que nos relacionamos offline. Facebook se ha adueñado de las palabras “amigo” o “compartir” y les ha cambiado el sentido, dándoles un significado superficial. Decimos que “estamos en contacto” con alguien, refiriéndonos nada más a que de vez en cuando recibimos y enviamos comentarios de esa persona en los post de la red social.

“Una amistad requiere esfuerzo, atención. En las redes, ese esfuerzo no existe, se valora lo fácil y lo fugaz. Es una tendencia que contagia también la vida real”, observa Bebea. Otros expertos denuncian que el uso continuo de las redes afecta a nuestra capacidad de empatizar. La doctora Sherry Turkle, del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT), asegura que “si no puedes estar nunca a solas con tus propios pensamientos, no puedes escuchar a los demás, porque los necesitas para que apoyen tu frágil sentido del yo. La verdadera empatía requiere de introspección en soledad”.

PDF completo aquí.