Publicado en Muy Economía y Negocios, num 5. marzo 2021.
Parece que está de moda invertir por una buena causa, sí, pero la razón no es solo hacer el bien al planeta. El auge de las finanzas verdes se debe, sobre todo, al incentivo económico. El doctor en Economía Francisco Javier Garayola explica a Muy Negocios que «los mercados siguen movién- dose por las mismas inercias de siempre, hacia donde se identifica que los riesgos son menores a medio y largo plazo, y hay más oportunidades de negocio desde el punto de vista de la rentabilidad y el retorno». Y resulta que «estos criterios financieros están totalmente alineados con los criterios de sostenibilidad», asegura Garayola, que lleva diez años al frente de Spainsif, una asociación sin ánimo de lucro que da voz a diversos grupos y actores relacionados con la inversión sostenible, desde instituciones y empresas privadas a ong y sindicatos.
AL CALOR DE LA AGENDA 2030 de Objetivos de Desarrollo Sostenible (ods), promulgada por la onu, han surgido nuevos productos de inver- sión «consciente». En todo el mundo, el ahorro gestionado con criterios sostenibles ha crecido un 34 % en los últimos dos años y supera los 30,7 billones de dólares —1,5 veces el PIB de EE. UU., para hacernos una idea—, según datos de Global Sustainable Investment Alliance. Hablamos de una forma de rentabilizar el capital más responsable que, además de generar valor para la empresa, busca tener un impacto positivo para la comunidad, con beneficios éticos, sociales o medioambientales.
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Laura G. de Rivera 